Escultor mexicano, nacido en Aguascalientes, estudia la licenciatura en artes visuales en la Universidad de Las Artes en Aguascalientes, motivado por la curiosidad y el desarrollo de la capacidad de observación, se decide salir de la carrera de arquitectura en la UNAM para comenzar la de artes plásticas, motivado a demás por el escultor finisecular decimonónico Jesús F. Contreras comienza en la rama de la escultura, en donde conoce los procesos de la escultura formal. Ingresa a la par que estudiaba en la Universidad de las Artes a los diplomados en Historia del Arte Sacro en la Universidad Pontificia de México, esto último lo hace no por ser una persona religiosa, sino porque la Iglesia se hace su mecenas. Al estudiar la vida de los santos hace una investigación sobre la salud mental de los místicos, con ayuda de un especialista en psiquiatría, es en ese momento donde comienza a generar su obra personal, donde hace una reflexión sobre la salud mental y las consecuencias de no dar prioridad a esa rama de la salud, poniendo en una perspectiva personal a varios santos que indudablemente en la época contemporánea más que místicos, serían diagnosticados con algún trastorno mental. Todo esto no con el afán de atacar a la iglesia o a los mismos santos, más bien con el afán de humanizar lo divino y hacer conciencia y empatía sobre la ansiedad y otros trastornos mentales que seguimos padeciendo en nuestra sociedad, en sus palabras: “Las esculturas gritan lo que muchas veces callamos por el tormento”.