Entrevista Marcela Robayo

MARCELA ROBAYO

"Tantas cosas que en el transcurso de tu vida te suceden, que te hacen ser quién eres"

Al mirar los cuadros de Marcela podemos distinguir algunos rasgos de su historia, por ejemplo que estudió biología marina. Desde niña dibujaba y le gustaba el diseño, pero se encontró con lo que muchos otros artistas, la típica frase de: “Si te quieres dedicar al arte, te vas a morir de hambre”. Y aunque ella terminó estudiando no sólo una, sino dos carreras, al final regresó a lo que su corazón le decía, al arte, porque a unos cuantos afortunados, el arte les llama.  

¿Tienes alguna anécdota de tus inicios en la pintura?

Cuando me casé me fui a vivir a Brasil y en Brasil el departamento era completamente blanco y mi marido no quería comprar nada de decoración porque no sabíamos si realmente nos íbamos a quedar mucho tiempo Brasil o nos íbamos a ir después a otro país por su trabajo. Y agobiada por la simplicidad de las paredes compré unos lienzos y empecé a pintar siguiendo las texturas y los colores de Oswaldo Guayasamín que era un artista que me encantaba ecuatoriano que pintaba como el dolor de las tribus indígenas de Ecuador. Alguna vez hice un cuadro simulando las historias de Guayasamín para decorar mi casa, y mi esposo le tomó una foto y lo puso en mercado libre Brasil y se vendió inmediatamente, esa persona que lo compró me pidió cinco más, yo no podía creerlo. Yo no sabía nada de arte, he pintado toda mi vida pero no era profesional en ese ámbito. Luego de que se vendieron esos cuadros una persona que conocía que tenía una galería de arte en Colombia me pidió 14 cuadros y desde esa época que era el 2007 hasta ahora no he parado.

Dices que al principio no tenías preparación profesional artística, ¿cómo fue decidiste formarte en ello?

Me mudé a Houston y vi una convocatoria de arte del Museo de Artes Finas de Houston, una convocatoria para ganarse una beca en la escuela de arte del museo, entonces mandé fotografías de los cuadros que yo ya había vendido, de collages y me gané la beca. Actualmente ya llevo cuatro o cinco años de manera profesional con ellos, obviamente tomando cursos de a poquito, pero de ahí me han escogido muchos cuadros para exponer en galerías de Houston, una en Nueva York y además la escuela del museo tiene muchas asociaciones con diferentes galerías y hacen concursos abiertos de temáticas donde muchos de mis cuadros han sido escogidos y exhibidos y en diciembre se hacen las ventas de tu trabajo del año. 

“Creo que el arte así no sea convencional para los demás o sea algo demasiado extraño ante sus ojos, uno tiene que ser fiel a los colores que tiene adentro “

  

¿Como definirías tu estilo?

Místico, de exploración, mix media, con muchos colores y creatividad. Muy flexible. A veces caigo en casarme con una sola cosa, pero siempre estoy con tantas ideas y he hecho tantos retiros espirituales que eso también ha influido mucho en los cuadros, es más o menos como la exploración psicológica del ser: la máscara, la doble moral, del espíritu animal, de la fuerza… De todos esos elementos humanos. 

Cuéntanos más sobre el significado de los elementos que vemos en tus obras…

Me gusta hacer la referencia con el cangrejo ermitaño: el cangrejo recolecta una concha y en esa concha se le van pegando basura, conchitas y de todo para decorar la pieza que se encontró, es como adornar su casa y dar una apariencia de lo que no es. Muchos de mis cuadros eso es lo que reflejan, todas esas máscaras que tú te pones para sobrevivir, los traumas de infancia, de la vida o el dolor que llevas escondido en el corazón, tantas cosas que en el transcurso de tu vida te suceden, que te hacen ser quién eres. Mi temática es esa, lo que muestras en el exterior pero que estás escondiendo, quién eres de verdad. 

“Es peligroso caer en ese auto saboteo de no creer en lo que estás haciendo o no disfrutarlo, hasta ahí llegó el arte”

¿Dirías entonces que las máscaras son el elemento que más representa a tu trabajo?

En la colección de la Diva, que es la mujer y las máscaras sí. Ha sido una temática constante, llevo ya algunos años con esa. 

La diva es la protagonista de varios de tus cuadros, cuéntanos de ella…

Es la temática en la que estoy actualmente, La Diva es muy estética, pero además da para contar mucho, se presta para contar una historia más o menos como si fuera el personaje de una caricatura o un cómic, que tiene aventuras, es como si cada cuadro contara una y en el próximo esperar que otra historia me va a contar. El desarrollo de este personaje ha sido importante porque ahora es como un símbolo reconocible, como mi sello. Y se ha prestado para que se imprima en ropa, para stickers, se ha convertido en un elemento muy fuerte de mi trabajo porque se ha vendido mucho en las ventas de diciembre en el museo. También es bonito porque hay gente que me contacta pidiéndome cuadros personalizados, por ejemplo: una persona de la india me habló y me dijo que quería que la diva tuviera elementos de su país, el espíritu animal esa persona que es un elefante. Se ha vuelto un símbolo para que la gente me cuente sus historias y yo pueda plasmarlas.

 

¿Cómo decidiste pasar de los lienzos a lo textil y otros productos?

Muchas personas me dijeron que el diseño tenía mucho potencial para convertirse en algo digamos icónico en estampados o algo por el estilo. Entonces tengo una amiga que ella tiene toda la maquinaria para hacer estampados, ella me lo propuso y al principio le dije que no; pero luego me fui a un retiro y conocí a una persona que tiene una empresa de ropa para ciclistas, que ropa muy colorida y diferente para ese deporte, y esa persona me dijo “quiero que me des tu diseño de la diva para que yo imprima en ropa y te pago dándote unas prendas de vestir y las vendes”. A mí no me sonaba el negocio porque yo no ganaba ni un centavo, le estaba dándome diseño y él solamente estaba pagando en ropa, entonces no era ni negociable ni me convenía, pero me acordé de mi amiga que tiene esa empresa de impresión y le pedía ayuda para lanzar el proyecto yo sola. Y prohibimos las telas, conseguí una costurera e hicimos unos diseños muy fáciles primero como para mirar a la gente le gustaba, como se veía en tela, un experimento y ha dado resultado, nos han pedido mucho. Al final la idea es que cada persona tenga una prenda única, así como son únicos los cuadros. 

Hay mucho colorido y variedad en las formas que utilizas, me recuerda a artesanías de países latinos, ¿las personas perciben estas raíces? ¿qué te dicen respecto a esto?

Yo creo que las personas que venimos de Centroamérica y Sudamérica tenemos muy vivo el color, la mezcla de texturas y patrones. Por ejemplo, las faldas de las indígenas peruanas son de retazos, de colores, como que toda esa mezcla de supervivencia la tenemos viva en la sangre, es imposible no reflejarlo. A veces tú le dices eso a un norteamericano y no lo entienden, porque olvidaron que ellos también podrían rescatar su linaje Cherokee o de Pieles Rojas, sus raíces. Eso desafortunadamente va quedando en el olvido. 

Has vivido en muchos países, conocido muchas culturas y lugares ¿dirías que cada sitio en el que has estado ha aportado su granito de arena a tu estilo?

Total. He vivido en Italia, Alemania, España y muchas partes de Estados Unidos y Sudamérica, yo salí de casa a los 17 años a estudiar y el hecho de exponerme al mundo sin la protección tan marcada de mis papás me ayudó a no estar encapsulada en las ideas convencionales de papá y mamá. Tuve la libertad de explorar, de conocer gente, de meterme a mercados o ir a tomarme algo en el bar más escondido de la ciudad, esas ganas de conocer y explorar dicen mucho de una persona; al salir te fijas en todo: colores, música, texturas. Yo recolectaba servilletas de cada ciudad, papelitos de chocolates y todavía los tengo, eso ha servido para construir mis collages. Todo esto que colecciono son objetos que cuentan una historia. 

 

 

Cuando hablas con Marcela sobre sus cuadros te dice que cada uno tiene energía y su personalidad, es una persona muy espiritual y es capaz de trasmitirlo incluso al hablar. El arte fue su salvación, porque por fin le abrió las puertas para encontrarse consigo misma, para darle volumen a su voz, a los susurros y a las ideas; incluso le permitió conocer más sobre su -espíritu animal- como ella lo diría… ¿Y tú, ya sabes cuál es tu espíritu animal?

 

 

Entrevista concedida a AGAPHE el 14 de Junio del 2023

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